Si pagaste predial o tenencia (refrendo), no olvides obtener tu CFDI

Con la llegada del primer trimestre del año, millones de contribuyentes en México enfrentan una responsabilidad fiscal recurrente: el pago de dos impuestos locales clave —el Impuesto Predial (a nivel municipal) y el Impuesto sobre Tenencia o Uso de Vehículos (a nivel estatal)—. Aunque estos gravámenes son bien conocidos, su proceso de pago y deducción suele generar dudas, especialmente por los requisitos digitales que hoy exige el Servicio de Administración Tributaria (SAT).


¿Por qué enero a marzo?
Cada entidad y municipio define sus propios plazos, pero la mayoría concentra estos pagos en los primeros tres meses del año. Por ejemplo, en ciudades como Guadalajara o Monterrey, el Predial suele ofrecer descuentos por pago anticipado en enero, mientras que estados como Puebla o Veracruz dan hasta marzo para liquidar la tenencia vehicular. Ignorar estas fechas no solo implica perder beneficios, sino también asumir recargos que pueden superar el 20% del valor original.


Pagar no basta: El desafío del CFDI
Hace una década, bastaba con guardar el recibo de pago del banco o la tesorería. Hoy, la deducción fiscal exige un documento electrónico: el Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI), integrado por un archivo XML (válido ante el SAT) y su representación impresa en PDF. El problema radica en que, dependiendo de la entidad, obtener este comprobante no siempre es sencillo.


Por tradición, muchos contribuyentes acuden a pagar presencialmente a bancos o tesorerías, pero en estos canales —a diferencia de los portales digitales avanzados como el de la CDMX o Jalisco—, el CFDI no siempre se genera de forma automática. Esto obliga a los ciudadanos a realizar trámites adicionales: enviar correos con copias del pago, presentarse físicamente en oficinas o incluso insistir ante funcionarios para que emitan el documento.


Recomendaciones prácticas para evitar dolores de cabeza
Algunas recomendaciones que pueden ayudar a lograr un proceso más eficaz son:

    • Prefiera lo digital: Si su municipio o estado permite pagos en línea (como la app TesoApp en la CDMX), utilice estas plataformas. Suelen integrar el CFDI al momento del pago, evitando trámites posteriores.
    • Verifique antes de pagar: Llame a la tesorería local y pregunte: ‘¿El pago incluye emisión automática de CFDI?’. Si la respuesta es no, exija instrucciones claras para obtenerlo.
    • No confíe solo en el PDF: Aunque el archivo PDF tenga el sello, el SAT solo reconoce el XML para efectos fiscales. Asegúrese de descargar ambos.
    • Actúe rápido ante errores: Si el CFDI tiene mal su RFC, la dirección del inmueble o la matrícula del auto, solicite una corrección inmediata. Un comprobante con datos erróneos es tan inválido como no tenerlo.


Cuando las autoridades no cooperan: ¿Qué hacer?
Es común que, especialmente en municipios pequeños, las tesorerías carezcan de sistemas ágiles para emitir CFDI. En estos casos, los contribuyentes deben volverse proactivos:

    • Presente un escrito formal ante la autoridad, citando el Artículo 29 del Código Fiscal Federal, que obliga a facturar electrónicamente.
    • Si recibe respuestas evasivas, grabe las conversaciones (es legal siempre que usted participe en ellas) y eleve el caso a través de un contador o abogado fiscal.
    • Únase a asociaciones empresariales locales para presionar colectivamente por mejoras.


Un llamado a la modernización… y a la precaución
Mientras algunas entidades, como Yucatán o Querétaro, han modernizado sus sistemas, otras aún operan con procesos obsoletos. Hasta que esto cambie, la carga recae en los contribuyentes: investigar, presionar y verificar.


Al final, la clave está en tratar estos impuestos no como un simple trámite, sino como un proceso fiscal estratégico. Guarde sus XML en la nube, integre sus CFDI a su contabilidad electrónica y, ante la duda, use herramientas como el Validador de CFDI del SAT o consulte a un experto. La paciencia y la atención a los detalles hoy pueden ahorrarle miles de pesos mañana.